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Entrevista por: Premio Excelencia Docencia 2023


-¿Qué te incentiva a realizar docencia?

La docencia me motiva por diversos factores. Todos atravesamos un ciclo laboral que se enriquece con cada experiencia que vivimos, lo que nos proporciona una perspectiva empírica sobre las teorías de management que aplicamos y resolvemos a diario. Desde esta perspectiva, compartir nuestras experiencias y motivar a los alumnos y a todas las personas a aprender de manera continua es fundamental, y es una forma de devolver lo que recibimos.

En el mundo actual, de incertidumbre y avance tecnológico vertiginoso, creo que la gran diferencia radicará en el capital humano, desde la creatividad y la suma de experiencias y por sobre todo, valorando el aprendizaje constante y la capacidad para enfrentar nuevos y constantes desafíos. Todos estamos llamados a estudiar en forma permanente, así como proponer, desarrollar y volver a estudiar. Por lo tanto, es esencial leer al menos un libro a la semana y lanzarse a aprender para entregar valor al mundo. Desafiar a los alumnos a adoptar esta mentalidad de aprendizaje permanente es, sin duda, crucial. Motivar a los alumnos a desarrollar su carrera profesional, a estar permanentemente dando valor a los demás y a ser la mejor versión de ellos, creo que nos ayudará a cambiar el mundo que estamos soñando. Por lo que desde la docencia, se puede hacer un gran cambio, sabemos que el pensamiento construye realidades, y por esto desde la docencia se puede motivar a que esta sociedad logre su mejor versión desde el valor de cada individuo, como nos señala la parábola de los talentos.

Por otro lado, creo que estar frente a un curso y enseñar es un desafío significativo. Te impulsa a sacar lo mejor de ti, a prepararte, estudiar y ofrecer valor a los demás, especialmente a los alumnos. Pararse frente a alumnos de 1er o 3er año, o personas que están trabajando y estudian de noche es muy motivante. Me apasiona el desarrollo de carrera, creo que hay mucho valor en el esfuerzo personal y ser parte de eso, me motiva a mi propósito.

 

-¿Cómo es tener contacto a diario con los estudiantes?

Como he señalado, es muy motivante y desafiante estar frente a los alumnos, compartir experiencias con ellos y, sobre todo, escuchar sus visiones, experiencias y aprendizajes. Aprendemos de cada persona, por lo que creo que enseñar es más una labor de director de orquesta, encargado de lograr que cada alumno alcance su mejor versión y mantenerlos siempre motivados. Esto también nos hace aprender de los compañeros y compartir estas experiencias.

Mantener interesados a un grupo de alumnos vespertinos, que después de una larga jornada laboral asisten a clases para recibir valor, es un gran desafío. Debo ser digno del esfuerzo que los alumnos hacen. La mejor forma de crecer es agregar valor a los demás, y motivarse para aprender es muy valioso para los estudiantes.

 

-¿Qué le entrega la docencia a tu desarrollo profesional?

Desde hace casi 10 años, he desarrollado una carrera en docencia universitaria, junto con consultoría estratégica y operacional, además de mi labor como coach ontológico y organizacional. Para mí, la docencia es fundamental, ya que es sabido que, quien más aprende en una sala de clases, es la persona que está al frente. Por eso, enseñar siempre implica un desafío, un aprendizaje continuo y un entrenamiento constante.

Para mi labor como consultor, la docencia seguirá jugando un papel trascendental. Es un desafío que me obliga a estar en constante estudio y es clave para desarrollar habilidades en manejo de grupos, motivación, así como generar desafío y empoderamiento en las personas. Además de la docencia, este entrenamiento lo complemento con la lectura o escucha de uno o dos libros a la semana, hábito transformador lo recomiendo ampliamente. Como tercer aspecto, complemento mi formación con la publicación de libros; ya he publicado tres en Amazon sobre desarrollo de carrera y pensamiento emprendedor, y estoy próximo a publicar mi cuarto libro.

Entiendo que la vida es más un camino que una meta. Cada día es una oportunidad para entrenarse y mejorar. La sala de clases, la oficina de nuestro cliente, y cada día son oportunidades para entrenarse y ser la mejor versión de uno mismo.

 

-¿Qué significa obtener este reconocimiento de parte de los alumnos?

Cuando comencé a hacer docencia hace casi 10 años, me impuse dos reglas que trato de cumplir al máximo. La primera es: "En todas y cada una de mis clases, siempre soy la persona más motivada de la sala, por lejos". Esto me obliga a mantener alta energía, buena actitud y estar enfocado en agregar valor a los alumnos. La segunda es: "Voy a hacer que mi asignatura sea un aporte significativo para mis alumnos, al punto de que, si me encuentro con un alumno dentro de 20 años, recuerde mi clase y sienta que obtuvo mucho valor de ella."


Hasta ahora, creo que estas dos reglas me han ayudado a enfocar mis esfuerzos en agregar valor a los alumnos, a quienes veo como clientes que merecen obtener valor por su tiempo invertido. Es mi responsabilidad desafiarlos a seguir aprendiendo, mostrarles tendencias y ayudarlos a enfocarse en su carrera, dejando en sus manos la responsabilidad de lograrlo a través de su esfuerzo y pasión, algo que se vuelve más factible con el convencimiento propio.

Cuando termino cada clase, recibo un saludo y unas palabras de gratitud a la clase, porque fue un aporte, eso es energía pura para seguir entregando valor a los demás y ser dignos del rol que cumplimos.

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